¿Qué es Poor Bunny?
Poor Bunny no es solo otro juego de plataformas, sino un ballet desafiante de zanahorias y caos que trasciende la gravedad. Esta joya independiente combina saltos precisos con "Física de Salto 2.0" (nuestro sistema de impulso patentado) a través de 50 niveles artesanales.
"¡Creía dominar los juegos de plataformas hasta que el nivel 'Torbellino de Zanahorias' de Poor Bunny volteó mis expectativas!" - Reseña de PixelPioneer en Steam
El "Algoritmo de Golpe Emocional" del juego ajusta dinámicamente la intensidad de la banda sonora en función de los errores del jugador, creando sinfonías accidentales de fracaso.

¿Cómo sobrevivir a la locura de Poor Bunny?

Controlar el Caos
• Salto de Conejo: Mantén el salto para cargar, suelta para una altura variable
• Látigo de Zanahoria: Usa las zanahorias recolectadas como plataformas temporales
• Modo Pánico: Toca tres veces hacia abajo para un aplanamiento de emergencia (enfriamiento de 2 segundos)
Las Tres Leyes del Conejo
- Más zanahorias = velocidad de caída más lenta
2. Cada 7º rebote activa el salto crítico "Suerte de Pies"
3. Al aterrizar sobre enemigos, se restablecen todas las habilidades de movimiento
Consejos de Terroristas Profesionales
Intencionalmente falla los primeros 3 saltos para activar el modo "Bajo Conejo", donde la gravedad se invierte después de 15 segundos de juego.
¿Por qué Poor Bunny (Poor Bunny en inglés) devora a la competencia?
Sistema Dinámico de Trauma
Los enemigos recuerdan tus muertes anteriores y te provocan con insultos personalizados a través de animaciones de "Lenguaje de Señas de Conejo".
Amnesia Procedural
Cada partida reorganiza sutilmente la ubicación de los puntos de control según tu estilo de juego; los jugadores agresivos encuentran menos redes de seguridad.
Mercado de Acciones de Zanahorias
El valor de las zanahorias recolectadas fluctúa entre los niveles, forzándote a tomar decisiones de riesgo/recompensa sobre cuándo "sacar provecho" para obtener mejoras.
Medidor de Daño Emocional
La interfaz de usuario presenta errores progresivos a medida que aumenta tu frustración, culminando en un minijuego terapéutico de "Gritar al Controlador" en la máxima rabia.